El Flaco en el Colón... otra vez
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...era mucho más cómodo dejar el espacio en blanco que tratar de encontrar las palabras para tratar de explicar lo inexplicable por que lo que se siente no tiene explicación, esta intro me toca como fan, pero mi rol de periodista debe sobreponerse ante semejante evento.
Jueves 19 de Octubre de 2006 15:30hs.
La ciudad de Buenos Aires, tan nuestra y tan llena de todo, erecta, brillante, sucia, despierta… collage
de diversos paisajes artísticos y arquitectónicos es, ni más ni menos que la realidad de un sueño para muchos. Olerla, caminarla y observarla es lo más parecido al juego previo de un/a amante apasionado/a. Te conquista, te propone, te seduce y vos te dejás.
El Teatro Colón, símbolo del arte visual y sonoro en su máxima expresión, era el lugar elegido. La cita era a las 16:00hs. ¿Quienes?. Ariel, Leo, Gustavo, Fernando, Gisele y yo.
16:30hs. Se abren las puertas de la calle Libertad y el tumulto de gente comienza a ingresar, se respiraba arte, solo arte. En ese preciso instante comienza el acontecimiento. Señoras y Señores! Por favor! Que lugar! 17:00hs. se encienden las luces del escenario y aparecen los 65 músicos de la Orquesta Académica del Teatro Colón (violines, violas, violoncellos, contrabajos, flautas, oboes, clarinetes, fagotes, cornos, trompetas, trombones y percusión), todos vestidos de negro, chicos muy jóvenes. Se sienta cada uno en su lugar y la gente aplaude. Claro, son ellos, son los que van a formar parte del espectáculo en vivo de lo que minutos más tarte se convertiría en un hecho histórico, a continuación aparece el concertino Osiris Rodríguez, continúan los aplausos, después el director Carlos Calleja y los aplausos resuenan cada vez más, hasta que llega él, El Flaco. Estalla el teatro.
Cuando Luis agradece se da cuenta que se olvidó las partituras, las letras, no estaban en el atril, se va y cuando regresa lo volvemos a aplaudir como si hubiera entrado por primera vez.
Es la primera vez que veo al Flaco tan nervioso, temblaba, estaba muy tenso, irreconocible, las primeras palabras fueron "tomen esto como un ensayo abierto", él todo el tiempo aplaudía a la orquesta y a su director. Comienza el concierto, lágrimas, silencio absoluto, adoración, miradas entre nosotros, sentimiento puro, placer, escalofrío, pasión, él observando a cada uno de nosotros, los de las primeras filas, al director, a los músicos y sus letras. Todo esto y más, pasó todo el tiempo.
Los temas con una interpretación única fueron: Águila de Trueno, El anillo del capitán Beto, Ella también, Parlante, Bosnia, Amarilla flor, Maribel se durmió, Ekathé, Tonta luz, Canción de amor para Olga (inédito), Durazno sangrando, Prométeme paraíso (compuesto por Dante).
Hay que reconocer que los nervios hicieron que se equivocara varias veces, él se sentía culpable y pedía perdòn, pero fueron 90 minutos de un ser humano que tambièn es artista.
En un momento dedicó todo el concierto a "los héroes del colegio Eco" (recordemos el fatal accidente). Termina el concierto y no nos íbamos, gritos, oh oh oh oh oh! una y otra vez, de pie, Bravo! Maestro! Vuelve y ya no entendìamos donde estàbamos, y el ùltimo tema: A Starosta, el idiota. Se va, y no nos ìbamos, y dale flaco dale dale flaco... vuelve se arrodilla ante nosotros y entran "la vieja" (amigo ìntimo) y Claudio Cardone (tecladista) junto con el director de orquesta y èl, se abrazan y agradecen nuevamente. Las ùltimas palabras de El Flaco fueron: "tenemos esta maravilla de mùsicos, tenemos el Teatro Colón, tenemos una escuela enfrente, la calle, el transporte pùblico, loco cuidemos esto por favor" (absolutamente emocionado) y se fue.
Agradecer a un ser superior el haber podido estar ahi, creo que fuè unànime. ¿Còmo volver a la realidad? y no sè, 5 10 15 minutos màs tarde sin ninguna reacciòn posible.
Tengo en mis manos la botellita de agua mineral (a partir de ahora agua bendita) que tuvo El Flaco todo el tiempo, una partitura de cello de Prométeme paraìso, la entrada, el diario interno del Teatro,
El programa y la sensaciòn de estar en el cielo todo el tiempo.
UNABRAZOENORMY.-
gracias a Norma Vicedo
...era mucho más cómodo dejar el espacio en blanco que tratar de encontrar las palabras para tratar de explicar lo inexplicable por que lo que se siente no tiene explicación, esta intro me toca como fan, pero mi rol de periodista debe sobreponerse ante semejante evento.
Jueves 19 de Octubre de 2006 15:30hs.
La ciudad de Buenos Aires, tan nuestra y tan llena de todo, erecta, brillante, sucia, despierta… collage
de diversos paisajes artísticos y arquitectónicos es, ni más ni menos que la realidad de un sueño para muchos. Olerla, caminarla y observarla es lo más parecido al juego previo de un/a amante apasionado/a. Te conquista, te propone, te seduce y vos te dejás.
El Teatro Colón, símbolo del arte visual y sonoro en su máxima expresión, era el lugar elegido. La cita era a las 16:00hs. ¿Quienes?. Ariel, Leo, Gustavo, Fernando, Gisele y yo.
16:30hs. Se abren las puertas de la calle Libertad y el tumulto de gente comienza a ingresar, se respiraba arte, solo arte. En ese preciso instante comienza el acontecimiento. Señoras y Señores! Por favor! Que lugar! 17:00hs. se encienden las luces del escenario y aparecen los 65 músicos de la Orquesta Académica del Teatro Colón (violines, violas, violoncellos, contrabajos, flautas, oboes, clarinetes, fagotes, cornos, trompetas, trombones y percusión), todos vestidos de negro, chicos muy jóvenes. Se sienta cada uno en su lugar y la gente aplaude. Claro, son ellos, son los que van a formar parte del espectáculo en vivo de lo que minutos más tarte se convertiría en un hecho histórico, a continuación aparece el concertino Osiris Rodríguez, continúan los aplausos, después el director Carlos Calleja y los aplausos resuenan cada vez más, hasta que llega él, El Flaco. Estalla el teatro.
Cuando Luis agradece se da cuenta que se olvidó las partituras, las letras, no estaban en el atril, se va y cuando regresa lo volvemos a aplaudir como si hubiera entrado por primera vez.
Es la primera vez que veo al Flaco tan nervioso, temblaba, estaba muy tenso, irreconocible, las primeras palabras fueron "tomen esto como un ensayo abierto", él todo el tiempo aplaudía a la orquesta y a su director. Comienza el concierto, lágrimas, silencio absoluto, adoración, miradas entre nosotros, sentimiento puro, placer, escalofrío, pasión, él observando a cada uno de nosotros, los de las primeras filas, al director, a los músicos y sus letras. Todo esto y más, pasó todo el tiempo.
Los temas con una interpretación única fueron: Águila de Trueno, El anillo del capitán Beto, Ella también, Parlante, Bosnia, Amarilla flor, Maribel se durmió, Ekathé, Tonta luz, Canción de amor para Olga (inédito), Durazno sangrando, Prométeme paraíso (compuesto por Dante).
Hay que reconocer que los nervios hicieron que se equivocara varias veces, él se sentía culpable y pedía perdòn, pero fueron 90 minutos de un ser humano que tambièn es artista.
En un momento dedicó todo el concierto a "los héroes del colegio Eco" (recordemos el fatal accidente). Termina el concierto y no nos íbamos, gritos, oh oh oh oh oh! una y otra vez, de pie, Bravo! Maestro! Vuelve y ya no entendìamos donde estàbamos, y el ùltimo tema: A Starosta, el idiota. Se va, y no nos ìbamos, y dale flaco dale dale flaco... vuelve se arrodilla ante nosotros y entran "la vieja" (amigo ìntimo) y Claudio Cardone (tecladista) junto con el director de orquesta y èl, se abrazan y agradecen nuevamente. Las ùltimas palabras de El Flaco fueron: "tenemos esta maravilla de mùsicos, tenemos el Teatro Colón, tenemos una escuela enfrente, la calle, el transporte pùblico, loco cuidemos esto por favor" (absolutamente emocionado) y se fue.
Agradecer a un ser superior el haber podido estar ahi, creo que fuè unànime. ¿Còmo volver a la realidad? y no sè, 5 10 15 minutos màs tarde sin ninguna reacciòn posible.
Tengo en mis manos la botellita de agua mineral (a partir de ahora agua bendita) que tuvo El Flaco todo el tiempo, una partitura de cello de Prométeme paraìso, la entrada, el diario interno del Teatro,
El programa y la sensaciòn de estar en el cielo todo el tiempo.
UNABRAZOENORMY.-
gracias a Norma Vicedo
3 Comments:
Qué puedo contar del recital que dio Spinetta el jueves pasado en el Colón?
Que el director de la Orquesta Académica del Colón dirigió 13 versiones increíbles?
Que Luis estuvo inspirado, relajado, concentrado (aunque pifió un par de versos y pidió disculpas mil veces)?
Que el teatro estaba hasta las tetas?
Que me ligué una entrada en fila 5 (fila 5 del Colón, sí!) un día antes porque una tía no podía ir porque tenía mucho trabajo?
Estuve en el Colón en el 2003 cuando tocó con Cardone, Malosetti, el tuerto y el Mono Fontana pero esta vez fue muy distinto... Luis ahí en medio de la orquesta fue revelador... mientras todos nos esforzamos por lograr qué carajo queremos decir con nuestro instrumento en las manos... el flaco ya lo dijo!
Tocaron:
Aguila de trueno (Parte I)
El anillo del Capitán Beto
Ella también
Parlante
Bosnia
Amarilla flor
Maribel se durmió
Ekathé
Tonta luz
Canción de amor para Olga
Durazno sangrando
Prométeme paraíso
A Starosta, el idiota
...fue mortal, realmente mortal.
Pablo
y bueno, mientras "el Dios del rock argentuzo" se sigue tirando de una terraza, toca con o sin auriculares "por que es el Jefe" y demás... Luis sigue demostrando QUIÉN ES, QUE PRODUCE Y QUE NOS PRODUCE.
lo leo y piel de gallina otra vez. estar ahí te roba las palabras pero yo en mi fotolog hice un intento. realmente muy lindo el relato y agradezco haberlo leido y saber de lo que me perdí (porque gracias a buenos aires y las horas pico llegué media hora tarde... nunca se lo vo a perdonar a la ciudad).
me encantó encontrar el blog. interesantísimo.
un beso
Cami
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